Friday, June 28, 2013

Misterios Luminosos (Jueves)

Incorporados por Juan Pablo Segundo, el 16 de Octubre de 2002, presentados dentro de la carta apostólica del Papa Juan Pablo II «Rosarium Virginis Mariae» («El Rosario de la Virgen María»).    Por exponer que faltaban momentos importantes de la vida de cristo.   Por este motivo, considera «oportuna una incorporación que, si bien se deja a la libre consideración de los individuos y de la comunidad, les permita contemplar también los misterios de la vida pública de Cristo desde el Bautismo a la Pasión».   Explica que los llama «misterios de la luz» (los otros eran «misterios de dolor», «misterios de gozo», y «misterios de gloria»), pues en su vida pública, Cristo se manifiesta como «misterio de luz»: «Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo» (Juan 9, 5).

1 Misterio: El Bautismo en el Jordán. Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado de él.   Mas Juan lo resistía mucho, diciendo: Yo he menester ser bautizado de ti, ¿y tú vienes á mí?   Empero respondiendo Jesús le dijo: Deja ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces le dejó.   Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.   Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.

2 Misterio: La autorrevelación en las bodas de Caná.   Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.   Jesús también fue invitado con sus discípulos.  Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino".  Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía".  Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga".   Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.  Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde.   "Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron.   El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento".   Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.   Después de esto, descendió a Cafarnaún con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí unos pocos días. 

3 Misterio:  El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.  Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios está cerca; arrepentíos, y creed en el evangelio. 

4 Misterio:  La Transfiguración de Jesús.   Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante,  y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.  Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.  Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía.  Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor.  Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.»

5 Misterio:  La Institución de la Eucaristía.  Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer;  porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.»  Y recibiendo una copa, dadas las gracias, dijo: «Tomad esto y repartidlo entre vosotros;  porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.»  Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»   De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.  «Pero la mano del que me entrega está aquí conmigo sobre la mesa.

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